Ubicación
A la llegada de los españoles los Emberá se encontraban en Colombia en las áreas aledañas a los cursos alto y medio de los ríos Atrato y San Juan en lo que es hoy el suroriente del departamento del Chocó, la porción que colinda con el río Atrato en el centro occidente del departamento de Antioquia, y el occidente del departamento de Risaralda. Los españoles los denominaron como indios "chocó" o "chocoes" y a esta área como la región o "Provincia del Chocó", creada por la administración española en 1739. Los españoles también reconocían como chocoes a los indígenas wounaán, denominados en la Colonia como nonama o noanamá, habitantes de la región del bajo río San Juan en el sur del actual departamento del Chocó, muy similares a los Emberá, pero quienes, aunque lingüísticamente emparentados con la lengua Emberá, hablan un idioma ininteligible con respecto a las diferentes variantes dialectales Emberá.
Forma de vida
Sus actividades principales son la horticultura itinerante de tumba y pudre (no hay quema sino que se deja descomponer lo tumbado para luego sembrar), y la pesca. Practican también la caza y la recolección.
Los Emberá se clasifican a sí mismos según sus condiciones de vida, como Dóbida, habitante de las riberas de los ríos; Pusábida, habitante de las costas marítimas (del Pacífico); y en el Chamí (la cordillera), Oíbida de los bosques andinos y Eyábida de las zonas deforestadas.
Jaibanismo
Un aspecto importante de la vida de los Emberá es su relación con los espíritus jai por medio de sus jaibanás, chamanes no hereditarios que aprenden de sus maestros ya experimentados, sobre el poder mágico espiritual, desde el cual se regula la vida, la salud, la subsistencia y la naturaleza.
Conciben tres formas de jai: los del agua, Dojura, junto con las Wandra, madres de los animales y plantas que moran en las cabeceras de los ríos; los Antumiá de la selva profunda; y los de los animales selváticos que son transformaciones de almas de los humanos muertos.
Los tratos de los jaibaná con los jai garantizan las actividades fundamentales de la sociedad y la continuidad de los ciclos naturales, estableciendo a la vez la territorialidad de las comunidades. Estos tratos tienen un carácter cosmológico en la medida que la comunicación y convenios con los jai regulan los intercambios entre los diferentes niveles superpuestos del universo.
Lengua
La lengua Emberá posee numerosas variantes geográficas, todas ellas junto con el idioma de los Wounaan, pertenecen a la familia lingüística chocó. El emberá es una lengua aglutinante y ergativa que privilegia la visión del objeto (o paciente) del verbo. Las variantes del emberá se dividen entre emberá sureño (chamí, baudó, eperã), emberá norteño (katío, darién) y el emberá kawaiguia (Eposí y Marivina).
Los Emberá se clasifican a sí mismos según sus condiciones de vida, como Dóbida, habitante de las riberas de los ríos; Pusábida, habitante de las costas marítimas (del Pacífico); y en el Chamí (la cordillera), Oíbida de los bosques andinos y Eyábida de las zonas deforestadas.
Jaibanismo
Un aspecto importante de la vida de los Emberá es su relación con los espíritus jai por medio de sus jaibanás, chamanes no hereditarios que aprenden de sus maestros ya experimentados, sobre el poder mágico espiritual, desde el cual se regula la vida, la salud, la subsistencia y la naturaleza.
Conciben tres formas de jai: los del agua, Dojura, junto con las Wandra, madres de los animales y plantas que moran en las cabeceras de los ríos; los Antumiá de la selva profunda; y los de los animales selváticos que son transformaciones de almas de los humanos muertos.
Los tratos de los jaibaná con los jai garantizan las actividades fundamentales de la sociedad y la continuidad de los ciclos naturales, estableciendo a la vez la territorialidad de las comunidades. Estos tratos tienen un carácter cosmológico en la medida que la comunicación y convenios con los jai regulan los intercambios entre los diferentes niveles superpuestos del universo.
Lengua
La lengua Emberá posee numerosas variantes geográficas, todas ellas junto con el idioma de los Wounaan, pertenecen a la familia lingüística chocó. El emberá es una lengua aglutinante y ergativa que privilegia la visión del objeto (o paciente) del verbo. Las variantes del emberá se dividen entre emberá sureño (chamí, baudó, eperã), emberá norteño (katío, darién) y el emberá kawaiguia (Eposí y Marivina).
Tarea
Consulte qué es:
1. Religión monoteísta.
2. Religión politeísta.